La maravillosa iglesia de San Basilio, ubicada en la plaza Roja de Moscú

A nuestro arribo a la ciudad de Moscú tras un largo y cansador viaje desde Ucrania, adonde habíamos participado en el “V Festival Internacional Lace of Tales” en la ciudad de Cherkassy, pero por motivo de un conflicto entre Ucrania y Rusia, habíamos tenido que pasar por Polonia en una jornada de más de 12 horas de viaje, nos recibió el chofer del Festival Internacional “Tea in Mytischi”. Como la mayoría de las personas que viven en Rusia, él no hablaba inglés y menos español, así que nuestra comunicación dependía  de una aplicación de traductor de su celular. Por supuesto que nos reconocimos porque cuando salíamos de Migraciones y entrábamos al Hall del aeropuerto de Moscú, él sostenía un cartelito con el nombre de nuestra compañía.

Estábamos muy exhaustxs porque como las relaciones políticas entre Rusia y Ucrania no estaban en paz por el conflicto armado que tenía lugar en sus fronteras, del que el mundo, y especialmente el mundo hispanohablante sabía muy poco, habíamos tenido que hacer escala en Varsovia, Polonia, unas cuantas horas ya que no existían vuelos directos entre estos dos países que comparten una extensa frontera. Podemos hoy dar testimonio, que tanto para Rusia como para Ucrania este era un acontecimiento de primera importancia. En 2 obras de distintos elencos ucranianos, se abordaba, de una forma poética diversa, la temática de la guerra. Cuando llegamos al aeropuerto de Moscú, habíamos estado en viaje más de 15 horas y lo único que queríamos era acostarnos en la cama del hotel!

Mientras nos acomodábamos dentro del amplio auto, tratábamos de chofer que quisiéramos ir al Hotel, a dejar nuestras cosas y descansar, pero él nos respondía con su celular en mano mostrándolo a modo de cartel, “Theatre”, con la leyenda de la palabra teatro en inglés. Fueron un par de idas y vueltas entre “Hotel” y “Theatre”, hasta que negociamos en “Theatre-Hotel”. En el viaje por supuesto, nos fuimos despabilando y apreciando la simpatía de este chofer con el que nos comunicábamos a través de un aparato, pero también a través de nuestras miradas y sonrisas en el espejo retrovisor.

El edificio del Teatro Estable de Títeres “Ognivo”

Cuando llegamos al Teatro nos sorprendió su magnitud! El edificio del Teatro, que evoca un poco la construcción de un elegante Castillo, está rodeado por un parque verde y arbolado que cuenta con una fuente de agua con una estatua que sostiene un títere de guante, que alimenta a un angosto río que rodea el predio. El Teatro entero parece arrancado de un cuento de hadas. Cuando nos encontramos afuera con la escultura de un titiritero o de una titiritera, coronando el camino de entrada al Teatro, nos sentimos felices de estar frente a semejante Teatro dedicado exclusivamente al Teatro de Títeres.   En la puerta nos recibió Helen, quién además de ser integrante de la parte administrativa del Teatro, iba a ser nuestra traductora del ruso al inglés. Nos sorprendió mucho su simpatía. Nunca habíamos conocido ningún ruso ni ninguna rusa y ella nos dijo exactamente lo mismo. Es más, nunca ningún artista de Argentina o de Chile había llegado con su propuesta hasta este Teatro, por lo que se trataba de un importante encuentro internacional e intercultural. El cansancio se fue yendo, como el recuerdo de un sueño al despertar, mientras ingresábamos a ese templo del arte titiritero. En las blancas y relucientes paredes del Hall de entrada del Teatro, podían verse inmensos carteles con fotos de numerosas obras que el elenco estable “Ognivo Puppet Theatre”, había llevado a escena en sus más de 30 años de trayectoria. Nos sorprendía ver el número de trabajadoras y trabajadores que daban vida, atención y limpieza a este gran teatro. En la planta baja había un enorme sector adonde dos simpáticas señoras recibían los abrigos, los bolsos y carteras de la audiencia para entrar a la sala a  ver la función. Luego de conocer un poco más en profundidad la realidad climática de Rusia, la dimensión de este sector nos haría mucho sentido, ya que en el invierno la gente va al teatro con sus tapados de piel, sus gorros y zapatillas de cordero, que tiene que quitarse y entregar a este servicio de guardería para ingresar a disfrutar del arte escénico.

La única foto que pudimos tomar de Stanislav. En el salón de recepciones del teatro, donde se realizó la inauguración del Festival.

Helena nos invitó a subir a la oficina de Stanislav, el director del Festival, del Teatro y del elenco, quien fuera declarado artista popular de la Federación Rusa, uno de los más altos títulos a los que un artista puede aspirar. Mientras subíamos las escaleras seguíamos deslumbrándonos ante la majestuosidad del Teatro, y seguíamos boquiabiertos con las carteleras de las numerosas obras y puestas del elenco. Mientras, Helen nos iba mostrando las distintas salas del Teatro y nos contaba que Stanislav estaba muy ansioso por conocernos. Estábamos a punto de conocer a una eminencia del Teatro ruso. Al terminar de subir las escaleras, con un gesto Helen nos indica que caminemos hacia nuestra derecha. Mientras avanzábamos por ese pasillo, se abrían a nuestra izquierda toda una serie de pasillos con distintas puertas,  algunas entreabiertas adonde se podían adivinar grandes escenografías que se encontrarían realizando o haciendo su mantenimiento, hasta que llegamos a la puerta de su oficina. Recuerdo que al abrirse la puerta, vimos a Stanislav levantándose con algo de esfuerzo de su escritorio para darnos la bienvenida. En la pared de atrás, había una ventana que daba al jardín por donde entraba toda la luz y el verde. Al vernos, la sonrisa de Stanislav inundó toda su cara y automáticamente nos dimos un abrazo como si nos conociéramos de toda la vida. Cuando terminaron los abrazos, Stanislav nos hablaba enérgicamente en ruso. Helen lo traducía: “No los veo desde el 1985, cuando nos encontramos en el Congreso de UNIMA”.  Quedamos estupefactos ya que ese fue el año de nuestros nacimientos. Entre risas tratamos de explicarle eso. Helen también reía. Y Stanislav igual. Luego, resolvimos que lo estaba diciendo de una manera metafórica, ya que en ese Congreso habían estado presentes colegas de Argentina y Chile en quienes nos veía reflejados.

Prensa de mano del Festival con la información de nuestra actuación.

Él también nos dijo en su escritorio que era la primera vez que una compañía de Chile y de Argentina, incluso de Latinoamérica, participaba en el Festival. No podíamos más que sentirnos agradecidxs y sabernos ante un encuentro muy especial. Para él este encuentro, estaba de alguna manera ligado a aquel de 1985, porque allí había estrechado lazos con otras compañías del tercer mundo, lo que no era muy común tener la posibilidad de hacer. Mientras bajábamos las escaleras para dirigirnos al Hotel, Helen nos dijo que desde muy temprano, Stanislav había estado preguntando a cada rato por el elenco de Argentina-Chile, ya que había dejado muy claro que nos quería recibir personalmente. Nos sentimos tremendamente honrados luego de tener estas noticias, y ahí finalmente entendimos la insistencia del chofer por llevarnos al Teatro

A Stanislav por siempre agradecidxs por abrirnos las puertas y recibirnos en el Festival, y por inaugurar una amistad y un vínculo.