Gracias a la confección previa de diferentes cuerpos en base a rollos de papel higiénico pintados, narices, bocas, piernas y brazos, hechos de distintos materiales, los participantes escogerán la combinación que más le guste para armar su títere. Luego imaginarán un personaje y en función de éste le incorporarán cabellos, prendas de vestir, barbas, o lo que se les ocurra. Todo esto con diferentes trozos de telas y lanas que estarán repartidos en una mesa y que uno de los talleristas ayudará a elegir, y a recortar de ser necesario. Finalmente el segundo tallerista pegará con silicona caliente cada una de las partes al cuerpo y darán a luz un hermoso títere.
La facilidad de la técnica y su rápido proceso de creación, logran mostrar este hermoso universo a niños y adultos en un tiempo muy corto. La idea es que esta pequeñísima semilla de información genere un sano interés en indagar este milenario arte, que como sabemos sintetiza las artes plásticas, dramáticas, literarias, musicales e incluso la danza.
El principal objetivo es entonces promover e incentivar la imaginación, la capacidad lúdica y la creatividad de los niños tan tecnologizados hoy en día.